Según la OMS (2009), el autocuidado es la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir las enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un profesional de la salud.
Si bien tradicionalmente se ha relacionado con la elección de estilos y hábitos de vida saludables en el ámbito personal, fuera del entorno laboral, hoy sabemos que el trabajo debe ser un espacio que fomente e integre el autocuidado de manera activa y estructurada.
En el ámbito laboral, el autocuidado hace referencia al conjunto de acciones mediante las cuales las personas cuidan de su bienestar físico, emocional y psicológico durante la jornada de trabajo.
| Según un informe publicado por la OMS en 2024, en la Unión Europea el 17% de las bajas laborales se relacionaban con problemas de salud mental, siendo el estrés y la sobrecarga laboral las principales causas. |
|---|
Esto implica el conocimiento y la gestión de los factores de riesgos que pueden aumentar la probabilidad de sufrir accidentes o enfermedades profesionales, así como afectar negativamente a la productividad.
Ideas clave:
- El autocuidado no debe entenderse como una responsabilidad individual, sino como un objetivo organizacional.
- Solo es posible si la empresa crea las condiciones para ello: espacios de descanso, entornos ergonómicos, políticas de desconexión digital, formación y prevención activa.
- Impulsar una cultura organizacional del autocuidado es clave para la salud integral de las personas y la sostenibilidad del rendimiento.
Normativa en España
El marco legal español respalda el autocuidado en el ámbito laboral al reconocer y garantizar derechos básicos de protección para las personas trabajadoras.
Entre las principales normas que lo sustentan se encuentran las que siguen:
Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL)
Es la norma principal en materia de salud y seguridad en el trabajo. Establece el derecho de las personas trabajadoras a una protección eficaz frente a los riesgos laborales, y obliga al empresariado a garantizar condiciones seguras, incluyendo:
- Prevención de riesgos psicosociales y físicos.
- Adaptación del puesto de trabajo a la persona (Art. 15).
- Formación e información en prevención (Art. 18-19).
- Vigilancia de la salud (Art. 22).
Además, esta normativa reconoce la capacidad de las personas de cuidar de su propia seguridad y salud, a través de su obligación de velar por ella misma (Art. 29).
Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo
El RD 486/1997 garantiza las condiciones mínimas para que las personas estén cuidadas en el trabajo (buena luz, ventilación, temperatura, ergonomía, zonas de descanso…). Sin estos requisitos básicos, hablar de autocuidado sería una expectativa vacía e inviable.
Por tanto, este decreto es un pilar estructural que conecta directamente la normativa con la práctica diaria del bienestar en el trabajo.
Real Decreto 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores
El Estatuto de las personas trabajadoras establece los tiempos de trabajo y descanso (Arts. 34-38), detallando un descanso diario y semanal, así como pausas en jornada continua para evitar la fatiga (un mínimo de 15 minutos al superar las 6 horas continuas).
Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales y Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia
Estas leyes establecen que las personas trabajadoras tienen derecho a la desconexión digital, es decir, a no atender dispositivos digitales fuera del horario laboral para dar respuesta a asuntos laborales, debiendo la empresa regular internamente su aplicación (Art. 88 y Art. 18, respectivamente).
De esta forma, se busca potenciar el derecho a la conciliación personal y laboral, a través del efectivo disfrute del tiempo de descanso del trabajo.
Asimismo, se pacta establecer una política con la que definir acciones de formación y sensibilización para evitar la fatiga informática.
Prioridades estratégicas en materia de autocuidado en el trabajo
En este marco normativo, el autocuidado se presenta como una herramienta preventiva para reducir los riesgos laborales y fortalecer el bienestar de las personas trabajadoras. En este sentido, las organizaciones tienen, no solo la responsabilidad, sino que también la oportunidad de implementar medidas concretas que fomenten una cultura saludable y sostenible.
Estos son los cuatro ejes prioritarios que toda entidad debería fomentar para consolidar una cultura de bienestar:
- Implementación de pausas activas y descansos
La Nota Técnica de Prevención 916 del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) subraya la importancia de incorporar descansos durante la jornada laboral como medida preventiva frente a la fatiga física, mental y postural.
Si bien la frecuencia y duración ideal de las pausas depende del tipo de tarea (intelectual, física, repetitiva o creativa), se considera una buena práctica general introducir descansos breves de entre 5 y 10 minutos cada 60 a 90 minutos de trabajo continuado.
Estos descansos no deben concebirse como tiempo improductivo, sino como una estrategia para restaurar la atención, mejorar la toma de decisiones, reducir errores y prevenir lesiones relacionadas con la fatiga.
En este contexto, adquiere especial relevancia la figura de las pausas activas: breves periodos destinados a la realización de movimientos, estiramientos, ejercicios respiratorios o cambios de postura, especialmente diseñados para contrarrestar el sedentarismo o la repetitividad de ciertas tareas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomiendan expresamente el uso de pausas activas en entornos laborales como parte de una política integral de bienestar, señalando su capacidad para:
- Reducir el riesgo de trastornos musculoesqueléticos y problemas circulatorios
- Prevenir el estrés y el agotamiento mental
- Mejorar el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo
Así, según estudios realizados por varias universidades, como la de Harvard o Málaga, la realización de pausas activas, que requieren menos de 5 minutos, puede aumentar hasta un 25% el rendimiento en el trabajo y reducir un 35% de las bajas laborales.
- Espacio físico adecuado: ergonomía postural, luz, ventilación
El Real Decreto 486/1997 establece los requisitos mínimos que deben cumplir los lugares de trabajo en materia de seguridad y salud, incluyendo aspectos clave como la iluminación, ventilación, temperatura, niveles de ruido y condiciones ambientales generales.
Sin embargo, para promover un autocuidado efectivo, no basta con cumplir los mínimos legales: es necesario adaptar los puestos de trabajo de forma ergonómica y crear zonas de descanso accesibles, limpias y funcionales. Esto implica:
- Ajuste de mobiliario y pantallas.
- Posibilidad de cambio postural.
- Reducción de ruido ambiental.
- Disponibilidad de zonas de pausa que refuercen la cultura del cuidado.
- Política clara de desconexión digital
La desconexión digital en el ámbito laboral es un derecho reconocido legalmente en España que se vincula directamente con el autocuidado, la salud mental y la conciliación.
Este derecho no se limita a “no responder correos fuera del horario”, sino que implica garantizar tiempos reales de descanso, libres de interrupciones laborales, lo que resulta indispensable para prevenir la fatiga mental, evitar el agotamiento crónico y favorecer una adecuada recuperación física y emocional.
Esto requiere:
- Establecer normas internas claras sobre disponibilidad fuera de horario.
- Sensibilizar y formar a mandos intermedios y equipos sobre la importancia de respetar los tiempos de descanso como parte de la salud organizacional.
- Incorporar la desconexión digital en los planes de prevención de riesgos laborales, especialmente ante la exposición continuada a pantallas, sobrecarga informativa o hiperconectividad.
- Formaciones en bienestar
Aunque no existe una obligación legal específica de impartir formaciones sobre gestión emocional o relajación, la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) establece en su artículo 19 que las personas trabajadoras deben recibir una formación teórica y práctica suficiente y adecuada en materia preventiva, lo que incluye los riesgos psicosociales cuando han sido identificados.
Desde esta perspectiva, las organizaciones pueden —y deben— ofrecer acciones formativas centradas en el bienestar mental y emocional, que proporcionen a las personas herramientas concretas para cuidarse en su día a día laboral. Estas formaciones pueden abarcar:
- Gestión eficaz del tiempo y de la carga de trabajo
- Técnicas de relajación
- Reconocimiento y prevención del síndrome de burnout
Estas acciones deben integrarse en un plan de formación anual o un plan integral de Bienestar Corporativo, abordarse desde una lógica de prevención, y no dejarse en manos de la iniciativa individual.
Cuidar a las personas es cuidar la organización
Promover el autocuidado en el trabajo no es solo una medida de salud laboral: es una estrategia organizacional imprescindible para garantizar la sostenibilidad del rendimiento y el bienestar de las personas.
Las normativas vigentes en España respaldan este enfoque, pero su aplicación efectiva exige ir más allá del cumplimiento formal y traducirse en prácticas cotidianas que faciliten entornos laborales seguros, saludables y humanos.
En un contexto donde los riesgos psicosociales están en aumento y la salud mental ocupa un lugar central en el debate público, asumir esta perspectiva no solo es una obligación ética y legal, sino también una inversión inteligente. Cuidar del bienestar de las personas en el trabajo es, en definitiva, cuidar de la organización en su conjunto.
En Innovática, acompañamos a organizaciones que desean transformar sus entornos laborales en espacios realmente saludables, sostenibles y centrados en las personas, a través de diagnósticos especializados, planes de acción personalizados y formación en bienestar laboral.
¿Te ayudamos a integrar el autocuidado como un eje estratégico dentro de tu cultura organizacional?





