Este 23 de junio trata de poner en valor la contribución de las mujeres en carreras técnicas

El Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería se celebró por primera vez en el año 2014, propuesto por la Women’s Engineering Society (WES) en el Reino Unido. Desde entonces, cada año, el 23 de junio, se conmemora una fecha que busca reforzar y visibilizar la contribución de las mujeres al mundo de la ingeniería, así como derribar estereotipos y desmasculinizar una profesión con múltiples salidas laborales.

Pese a que los datos reflejan una tendencia positiva que se debe mantener y fomentar, estos, todavía, distan mucho de llegar a la paridad.

Según el Consejo General de Colegios Oficiales de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de España (COGITI), señala, en su II Informe “Análisis de los Estudios de Ingeniería en España”, que en los últimos nueve años el número de mujeres matriculadas en grados de Ingeniería ha aumentado un 27,42%. Para el curso 2023-2024, las mujeres representaban el 24,8% del total del alumnado.

Por ello, en días como este se busca potenciar historias reales que sirvan de referente a niñas y jóvenes que quieran dedicarse a las carreras STEM, y en concreto a la Ingeniería, en un futuro.

María Elena Llarena es ingeniería química y lleva más de dos décadas trabajando este ámbito y, en concreto, 22 años dentro del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), en Tenerife. Tras una larga trayectoria, desde hace cuatro años es la coordinadora del Departamento de Energía Fotovoltaica, demostrando así que los cargos de responsabilidad no son ajenos a la presencia femenina.

¿Por qué decidió escoger la profesión de ingeniera?

Por mi forma de ser, fundamentalmente, porque yo siempre fui una niña muy matemática, muy exacta, muy práctica. Desde muy pequeña me enfocaba más hacia la parte de ciencias que hacia la parte de letras y me gustaba saber el porqué de las cosas, necesitaba razonarlo científicamente.

Estudié Ingeniería Química, aunque mi primera opción era matemáticas, pero la ingeniería química en ese año era una carrera nueva y me llamó la atención. No fue una cuestión vocacional, sino práctica, encaminada a lo que se me daba bien.

¿Cuál ha sido el camino formativo hasta llegar al puesto actual como coordinadora de departamento? ¿En qué se especializó?

Me empecé especializando en la parte de tratamiento de agua. Es decir, iba escogiendo aquellas asignaturas que tenían que ver con agua, desalación, depuración, etc. Pues eran las que más me gustaban. Y mi trabajo de fin de carrera también lo hice en concreto sobre una planta desaladora.

Después empecé a trabajar en una empresa de tratamientos de agua en Gran Canaria. Ese fue mi primer trabajo y ya después, mi siguiente trabaj
o fue ya en el ITER. Estuve en varios departamentos hasta que acabé en el de energía fotovoltaica.

Hace unos años tuve la posibilidad de presentarme al puesto de coordinación y al final fui seleccionada y aquí estoy. Y en estos cuatro años que llevo en el puesto sigo aprendiendo.

Como coordinadora del departamento de Energía Fotovoltaica, ¿qué tipo de proyectos realiza?

Sobre todo, implementación de plantas solares fotovoltaicas, tanto propias de la entidad como de terceros. Lo que hacemos es una gestión integral de todo el proceso, desde el diseño, el proyecto, la ejecución, la instalación y después la operación y mantenimiento y la gestión de las instalaciones, tanto nuestras como de los clientes.

También llevamos temas de movilidad sostenible, llevamos, en conjunto con otros departamentos, tratamiento de agua, gestionamos nuestras propias redes de autoconsumo y también tenemos un laboratorio de investigación más fundamental, el laboratorio de caracterización de células, que depende del departamento y donde se hace investigación sobre nuevos materiales para las células fotovoltaicas.

“Siempre he tenido muy presente aportar mi grano de arena al mundo”

¿Qué es lo que la motiva diariamente para trabajar en este ámbito?

La contribución, que es una cosa que siempre tuve en mi cabeza. Hacer algo por el entorno, por el medio ambiente. Y las energías renovables están alineadas con eso también. Siempre he tenido muy presente aportar mi grano de arena al mundo o a mi entorno más cercano o a esta isla. Me motiva también el sitio donde trabajo, porque nos dedicamos a muchas cosas, te mantiene siempre actualizada y siempre estás rodeada de cosas interesantes que se están haciendo en otros ámbitos.

Y después me motiva también el equipo humano y profesional que hay aquí, tanto el que está en mi departamento, que tengo mucha suerte con todo el equipo que trabaja conmigo y con lo que hacemos, como el que hay en la entidad. Tener un buen ambiente laboral es motivante para continuar tantos años en un sitio.

A lo largo de su trayectoria profesional, ¿cuál sería un hito del que esté orgullosa?

Recuerdo con especial intensidad el día que terminamos el primer proyecto de fotovoltaico. El día que conectamos a la red eléctrica los trece megavatios de la primera planta fotovoltaica que se llamó SOLTEN. Porque ese proyecto lo vi nacer, desde que lo escribimos en un papel, hasta que generó energía. Fue muy emocionante decir «jolín». Porque viví toda la trayectoria del proyecto. Y era la primera vez que tenía como un proyecto desde el principio y llegué hasta el final. Aquí era empezar de cero y construir algo. Eso fue entre 2006 y 2007, pero lo sigo recordando como un hito profesional importante en el que yo intervine.

Las carreras técnicas presentan una baja representatividad femenina frente a otras ciencias

¿Cómo describiría actualmente el contexto del mercado laboral, del sector tecnológico y las energías renovables en Canarias?

Ahora mismo estamos en un momento bastante bueno para la ciencia, pero particularmente para la ingeniería en Canarias y yo creo que a nivel nacional y europeo también. Porque estamos teniendo que adaptarnos a una transición energética en la que todos los países tenemos que cumplir con unos requerimientos que nos exige la Unión Europea. El entorno laboral relacionado con la ciencia y, en particular con la ingeniería, está muy activo y con muchas cosas diferentes que se están haciendo y con muchos sitios adonde llegar.

¿Considera que existen brechas de género en las carreras STEM? ¿Cuáles?

Sí creo que las hay. En los sectores de la ciencia, la ingeniería y de las ciencias exactas, hay menor número de mujeres estudiando y trabajando. Y eso ya te dice que hay brecha de género. Sí que conoces en tu entorno casos de mujeres brillantes o muy buenas, que no tienen cargos de responsabilidad y podrían tenerlos o que no se les ha ofrecido la oportunidad o que se les ha ofrecido, pero al final no han sido seleccionadas. Y también sigue existiendo una brecha en lo que es el sueldo. No es mi caso, pero sí que lo conoces por la gente que te rodea.

En las carreras de ciencias en general, hay casi un 50% de mujeres matriculadas y de hombres, que eso está bien, pero cuando ya te fijas en datos de la ingeniería, bajaba entre un 25%  y  35%. Y, en particular las ciencias exactas, las matemáticas e informática, estaba alrededor de un 12% de mujeres matriculadas. Hay una baja representatividad.

¿Ha sufrido alguna de estas brechas de género por ser mujer?

Particularmente no. He tenido suerte. Cuando trabajé en la empresa privada, de manera visual, sí que había más hombres que mujeres, excepto en el departamento de Recursos Humanos. Ahí, incluso, la responsable era una mujer. Yo entiendo que, si hay menos profesionales en el sector, también hay menos donde elegir. En el sector público la verdad que nunca lo he notado, también entiendo que la forma de acceso es diferente.

Crecer en Igualdad

¿A qué cree que se pueden deber las brechas de género?

Fundamentalmente a cuestiones culturales y educativas. Por la cultura que venimos arrastrando, que siempre se ha estereotipado unos trabajos como de hombres y otros de mujeres. Y después la parte educativa, porque, yo no viví esa época, pero mi madre, por ejemplo, tenía asignaturas de labores en el colegio. Y las abuelas, ni te quiero contar, si acaso tenían acceso a la educación. Los niños y las niñas de hoy pueden elegir igual asignaturas o actividades deportivas, de manualidades, artísticas, de informática. Sin que la selección se vea sesgada por el género. También ya los coles son mixtos. Además, a nivel educativo, es donde más se nota el cambio y por eso las nuevas generaciones vienen empujando fuerte con el tema de la igualdad.

Yo creo que va a llegar un momento en el que esto ya esté incorporado y no haya que visibilizarlo porque será la normalidad. Y eso va a pasar, esa igualdad se va a obtener cuando ya se crezca en igualdad.

¿Cree que el género de las personas puede influir en la elección de una carrera profesional? Particularmente, ¿le ha influido en alguna medida?

A mí no me influyó. Mi padre nos educó para que sus tres hijas supieran hacer de todo. Nos educó fundamentalmente en que estudiáramos lo que nos gustara, que fuéramos independientes económicamente. Pero sigue siendo importante el mensaje que se les da a niños y niñas por parte de los educadores, deben presentarles los diferentes estudios y explicarles a lo que pueden dedicar su futuro.

¿Es necesario que se refuercen las vocaciones de las niñas y las chicas en el sector de la STEM?

Sí, todavía sí. Ojalá lleguemos al momento en que no, porque ya sea igualitario. Todavía hay que darle mucha visibilidad y todavía hay que enviar el mensaje y todavía hay que poner referentes de género para que vean que todo es posible.

¿Se consideraría un referente?

Yo creo que todos somos referentes en nuestro entorno. Yo no soy un referente a nivel muy grande, pero sí me considero un referente para la gente que me rodea, para mi equipo de trabajo y sobre todo para mi familia y para los pequeños de mi familia. Eres una persona en la que se van a fijar porque estás en su mundo.

A parte del fomento de las vocaciones científicas, ¿qué otras actuaciones cree que podrían ser necesarias para cerrar las brechas de género?

Hay trabajo que hacer en el sistema educativo. También es importante educar en igualdad, desde la familia. Y hay una parte que le queda al mundo profesional en cuanto a los planes de igualdad en las empresas. La parte del acoso laboral que sufren un poco más en determinados sitios las mujeres. Y dar igualdad de oportunidades para cargos de responsabilidad independientemente del género. Hay un estereotipo que destruir ahí. Porque al final las mujeres de alguna manera se les condiciona un poco en el trabajo no tanto por el hecho de ser mujer, sino muchas veces, o en determinado momento de su carrera, por el hecho de ser madre. Y no es justo, porque los hijos son de los dos. De hecho, eso es otra cosa en la que se ha avanzado mucho, en los tiempos de crianza.

La ingeniería no es un mundo de hombres

¿Qué mensaje da para este Día de la Mujer en la Ingeniería?

Que este día hay que seguir celebrándolo hasta que ya no sea necesario porque ya estemos en igualdad en ingenieros e ingenieras, que en la ingeniería se destruya ese estereotipo de que es un mundo de hombres. Porque lo importante es la propia ingeniería.

Y como mensaje a las mujeres, les diría que no necesitamos encajar en el mundo de la ingeniería, no necesitamos encajar en un molde, sino atrevernos a romperlo. Porque tenemos mucho que aportar por nuestra forma de ser, nuestra forma de gestionar, a cualquier mundo y en particular al mundo de la ingeniería.