La comunicación es elemento esencial para transmitir cualquier tipo de noticia. Desde la más feliz a la más catastrófica.

Los eventos que presentan una mayor complejidad a la hora de informar son aquellos relacionados con catástrofes naturales o con un alto componente de base científica que, si no se explican de la mejor manera posible, es muy fácil caer en la desinformación y la propagación de bulos que dificultan las labores de los efectivos de emergencia.

Canarias, últimamente, está habituada a tener que informar sobre este tipo de fenómenos. Vive de forma constante episodios de calima cada vez más intensos, lluvias torrenciales que aparecen de manera espontánea, la amenaza ante su naturaleza volcánica como se pudo comprobar con el volcán de La Palma o los incendios forestales que asolan todos los veranos los montes del archipiélago. En este caso, el que se está desarrollando durante estos días en Tenerife se considera el más catastrófico de los últimos 40 años, con un perímetro de afección de 90km.

Ante estas situaciones de emergencia que afectan de lleno a la población por las pérdidas materiales que pueden suponer y el daño psicológico, ¿cuál es el proceder adecuado a la hora de informar?

 

Pasos para la comunicación de una emergencia

  • Primero que nada, hay que detectar la situación de emergencia y dar la voz de alarma al organismo competente, que en nuestro caso es el 112.
  • Una vez que los efectivos de seguridad y emergencias comiencen a trabajar hay que seguir la actualización de la información a través de canales oficiales que serían:
    • Ayuntamiento, como primer escalón de representación del lugar afectado.
    • Instituciones supramunicipales como Cabildos (en Canarias) y Gobierno (autonómico y/o central).
    • Fuerzas de seguridad: policía, guardia civil, bomberos, unidad militar de emergencias, 112, etc.
    • Personal profesional que expliquen los aspectos más teórico-didácticos de la situación: técnicos, científicos, expertos.
  • A través de los medios de comunicación tendremos información actualizada y de primera de todos estos agentes que intervienen en la gestión de la emergencia. Además de la difusión que hagan en sus propias redes sociales, con un alcance mayor y más inmediato.
  • En las redes sociales ayuda mantener la información acotada mediante un hashtag que se extiende de manera unánime entre el colectivo de usuarios y que todos emplean para hacer un seguimiento de la información. Tanto ciudadanos como cuentas oficiales.

 

Doble frente abierto

En toda emergencia que se precie, le seguirá de cerca infinidad de bulos, mentiras y una ola de desinformación que se extiende de manera voraz por las redes sociales y las apps de mensajería. ¿Cómo evitamos esto?

Los mensajes que se dirijan a la ciudadanía deben ser claros y directos. El uso del lenguaje es clave para no dar lugar a malinterpretaciones. Los políticos y autoridades competentes deben tener en cuenta esto para cuidar sus discursos de manera que nada de lo que digan pueda llevar a confusión. Por ejemplo, a la hora de informar de responsabilidades, penas, avance de la situación, seguridad ciudadana como evacuación y desalojos, etc. Temas tan delicados como estos requieren de un cuidado especial, ya que son el principal caldo de cultivo para la generación de bulos.

En las redes sociales es difícil diferenciar lo real de lo falso, por eso no debemos compartir nada de lo que no estemos seguros para no contribuir a seguir alimentando la ola de desinformación. Tenemos que recurrir a medios oficiales que se encarguen de la gestión de la emergencia acontecida.

No generar mayor difusión a aquellas personas que entorpecen la labor de información con líneas negacionistas carentes de fundamento que atacan a las causas y/o consecuencias del hecho o que ponen en duda las labores que realizan los efectivos de seguridad.

Tampoco debemos entorpecer la labor de los efectivos interponiéndonos en su camino, facilitando el paso de los vehículos de emergencia ni perjudicar su desempeño atentando contra sus recursos, como se ha podido comprobar recientemente en el incendio de Tenerife con la pedrada que recibió uno de los helicópteros que reponía agua para lidiar con las llamas.

En resumen, destacamos tres grandes pilares para mantenerse bien informados: acudir a fuentes oficiales, no compartir bulos y ser claros y directos en los mensajes que vayamos a transmitir.