La violencia de género, en todas sus formas, es una problemática social que se extiende por todo el mundo, acarreando desigualdades entre hombres y mujeres en mayor o menor medida en todos los países. Consecuencia directa del machismo y de la estructura patriarcal de las sociedades, se trata de un delito que vulnera los derechos humanos, y en este caso los derechos de las mujeres.

Tomando conciencia de esta realidad, los medios de comunicación, dentro de la función social que cumplen, porque no solo informan, sino que educan, deben abordar y tratar las noticias en la materia como corresponde.

Para ello, las buenas prácticas periodísticas en la cobertura de casos de violencia de género son fundamentales, no solo para garantizar una adecuada cobertura y comunicación de los hechos, sino también para contribuir en la educación y sensibilización de la sociedad respecto a este grave problema.

La guía de buenas prácticas para periodistas y profesionales de la comunicación “Comunicar en Igualdad”, del Instituto Canario de Igualdad, realiza una serie de propuestas clave para informar de casos de violencias machistas de forma ética y profesionalmente responsable.

  1. LA OBJETIVIDAD EN LA INFORMACIÓN

La cobertura de los hechos debe ser completa, narrándolos con objetividad y cuidando que el relato mediático no empodere al agresor ni revictimice a las personas agredidas.

Cuando se comunican situaciones flagrantes de violencias machistas, proporcionar e incidir en argumentos morbosos como que se trataba de una situación que se había repetido en reiteradas ocasiones, que ya se habían retirado las denuncias al respecto, que era una relación tóxica con continuas discusiones, que el maltratador se encontraba pasando por una situación laboral, personal, familiar o económica difícil, etc. contribuyen a exculpar al agresor y deslegitimar a la víctima, desprotegiéndola y revictimizándola.

La objetividad, por tanto, es un deber y una responsabilidad en la comunicación de este tipo de problemáticas.

  1. EL PAPEL EDUCADOR DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Como agentes de socialización, los medios de comunicación tienen el poder de educar y sensibilizar a la sociedad en su conjunto, incluidas las posibles víctimas de violencias machistas y personas agresoras.

Desde su rol como agentes de educación social, los medios de comunicación, por tanto, tienen la capacidad y la responsabilidad de identificar y condenar estas conductas, por pequeñas que sean, animando a su visibilización o denuncia cuando corresponda, destacando en estos casos las consecuencias jurídicas de incurrir en delitos de violencias de género y sexuales. Con ello, los medios no solo proporcionan herramientas a la sociedad en general, y a las posibles víctimas en particular, para detectar este tipo de situaciones en su entorno y luchar contra ellas, sino que también pueden contribuir al cese de actitudes agresoras o a su disuasión.

Junto con las políticas sociales y la educación, dada su repercusión, los medios de comunicación pueden y deben ayudar a reducir las violencias de género.

  1. LA VIOLENCIA DE GÉNERO COMO PROBLEMÁTICA ESTRUCTURAL

Las violencias de género o machistas no son hechos aislados ni casuales. Se trata de un grave problema derivado del machismo estructural integrado en nuestras sociedades, que ocupa prácticamente a diario un espacio en los medios de comunicación.

Por ello, la violencia de género no debe relegarse a un mero suceso, como haríamos con un accidento o una pelea. Dadas sus características, este tipo de situaciones deben ocupar espacio en las secciones de actualidad, local o nacional, para hacer entender que esta es nuestra realidad y no se trata de una positiva, sino de una que necesita de una gran transformación, la cual puede empezar por pulir la forma en la que se informa.

La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres indica que “todos los medios de comunicación respetarán la igualdad entre mujeres y hombres, evitando cualquier forma de discriminación”, lo que incluye las violencias de género o machistas. Por tanto, aplicar las claves señaladas en nuestra labor como comunicadores y comunicadoras, no solo resulta necesario por una cuestión ética y profesional, sino que, además, para cumplir con la normativa.

En Innovática Gestión del Conocimiento predicamos con el ejemplo, aplicando estas y muchas claves más en nuestro trabajo diario. La fusión de conocimientos y habilidades del equipo de comunicación e igualdad garantiza un tratamiento adecuado de este tipo de problemáticas en notas de prensa y redes sociales.

Contacte con nuestro equipo si le interesa informar con responsabilidad.