Los perfiles especializados son la clave para poder diferenciarse a la hora de ejercer la actividad profesional. No es lo mismo saber poco de mucho, que ser el que más sabe de un ámbito y dedicarte a estudiar, investigar y divulgar sobre ello. La formación continua es la manera más eficaz de enriquecerte como persona y como profesional y, sobre todo, cuando se trata de aquello que te apasiona. En mi caso, soy miembro del equipo de comunicación de Innovática y me he formado en periodismo, concretamente en periodismo científico y busco cualquier vía para seguir adquiriendo nuevos conocimientos en este campo.

La semana pasada (del 12 al 14 de julio) tuve la oportunidad de participar en el curso de verano, La Aventura de Divulgar Ciencia en Español con éxito: claves y herramientas, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el medio digital The Conversation, en colaboración con la Fundación Ramón Areces y la Fundación Lilly en un lugar tan increíble como es el Palacio de la Magdalena en Santander. Una experiencia que me ha permitido no solo conocer el trabajo de grandes investigadores de nuestro país y sus técnicas de divulgación, sino la importancia de saber mucho sobre un tema concreto, esa la clave para comunicar bien.

Pasado y presente

“Un divulgador no quiere que le crean, quiere que le entiendan”. Durante tres días estuve inmersa en diferentes ponencias y talleres prácticos y para mí esta frase, dicha por el paleontólogo José Luis Arsuaga resume la esencia del curso. Junto al periodista y escritor Juan José Millás inauguraron el primer día con un repaso por nuestros orígenes, que plasmaron en su libro conjunto La vida contada por un sapiens a un neandertal. El primer hecho revelador fue descubrir que, tal y como comentan, la prehistoria no se conoce en una cueva, está presente en nuestro día a día, en la naturaleza, en nuestro propio cuerpo, “son documentos vivos”. Por lo que no debemos encerrarnos en estudiar solo lo que ya fue, sino prestar atención al ahora, porque hay “una continuidad entre el pasado y el presente”. Y así, entre anécdotas y frases ingeniosas dejaron el listón bien alto para seguir con las actividades. Cómo no, se aprovechó la oportunidad para tener el libro firmado por ellos.

Margarita Sánchez, arqueóloga, tomó el testigo para ilustrar cómo el papel de la mujer se viene desvirtuando desde la prehistoria. Cuando la ciencia la escriben hombres, ocurre que la visión de género no existe. Se cuestionan hasta las pruebas que tienen delante. ¿Cómo va a ser una mujer si el cuerpo está enterrado con utensilios de caza? ¿Cómo va a haber pintado una cueva una mujer? Pero las pruebas deben exigirse desde el otro lado, ¿cómo sabes que fue un hombre? Gracias a la ciencia se ha demostrado la implicación de la mujer en la prehistoria, pero aun queda mucha información por recuperar que se ha perdido por no abrir la mente y ver más allá de la visión masculina, lo que ella ha denominado “arqueología de género”.

La revolución de cuerpo y mente

El segundo día los protagonistas fueron la mente y el cuerpo. La revolución de la tecnología CRISPR, contada por Lluis Montoliu, muestra un amplio abanico de posibilidades para su utilización desde la aplicación médica en pacientes enfermos hasta la edición de alimentos. ¿Sabías que esta técnica la descubrió un español? Gracias al ingenio y la perseverancia de Francisco Martínez Mojica. No toda la ciencia se hace en el extranjero. Con esta tecnología se plantean compromisos éticos que necesitan discusión para evitar su utilización con fines eugenésicos (mejorar las capacidades de los seres humanos) o incluso mayor divulgación para hacer entender a la Unión Europea que un organismo editado, no es un organismo transgénico, lo que está provocando que se nos prohíba cultivar alimentos con mejores propiedades, pero sí que nos los vendan otros países. Esto también pone trabas a la investigación, como la que realiza Francisco Barro para eliminar la gliadina de los cereales y evitar las reacciones de las personas celíacas.

Los neurocientíficos Conchi Lillo y Luis Martínez Otero nos enseñaron las locuras del cerebro, ya que lo que vemos no es la realidad, porque cada persona ve a su manera e interpreta lo que ve de forma distinta. Por eso las ilusiones ópticas son diferentes para cada persona, porque el cerebro rellena huecos con información previa basada en la información que cada uno recolecta en su día a día, en sus conocimientos, vivencias, etc. Descubrimos datos tan interesantes como que el 10% de los hombres son daltónicos y que las mujeres poseen una mutación que les permite diferenciar más colores. Y se habló de neuromarketing y cómo influye en nuestra toma de decisiones.

Del Big Data al Big Knowledge

En el último día nos metimos de lleno en el mundo de los agujeros negros y el big data. Se planteó si algún día tendremos sociedades gobernadas por la inteligencia artificial o cómo el sesgo de anclaje influye en que un profesional se decante por seguir la decisión tomada por la máquina, en lugar de la suya propia para delegar así responsabilidades si algo sale mal. Todo ello de la mano de Jose Edelstein, Francisco Doblas y Karma Peiró.

Todas estas ponencias tuvieron en común un elemento importante que hizo que fueran un completo éxito: la especialización, el dominio de un tema. Los investigadores, científicos, periodistas participantes, son expertos en su campo, en el tema que tratan y eso hace que se desenvuelvan de manera natural, que comuniquen de forma apasionada, sabiendo captar la atención del público porque transmiten confianza, seguridad y conocimiento.

A esto hay que sumarle las herramientas que brindaron los talleres prácticos, enfocados a potenciar las capacidades comunicativas de los allí presentes. Desde pautas para una buena redacción de un artículo divulgativo o cómo captar la atención a través de un titular llamativo que, principalmente, se difundirá por redes sociales. Así como dos talleres con participación directa en el escenario, donde tuve la oportunidad de participar: uno centrado en dominar el espacio y sacar potencial a la voz para ser escuchado y llegar a tu audiencia sin perderla y otro sobre preparar una breve entrevista en la que, esta vez, he tomado el rol de entrevistada.

En definitiva, las experiencias de formación continua nos enriquecen. Sacar provecho de lo que te apasiona para adquirir nuevos conocimientos proporciona no solo un crecimiento profesional, sino personal, porque durante esos días te rodeas de personas que se dedican a multitud de campos diferentes, que proceden de distintos puntos del país. La divulgación es vital para el desarrollo de las sociedades, para dar a conocer todo aquello que se está investigando y que la gente desconoce. La ciencia no está al alcance de unos pocos, está a la mano de todos si sabemos transmitirla y cada vez más las nuevas generaciones son conscientes de ello.